Solemos buscar cosas que nos alegren el día.   Queremos salir de la tristeza, de la angustia y de la depresión.  Pocas veces logramos salir solos.  Queremos ser felices, pero nos falta vigor.  Queremos volar alegres, pero lo que sucede nos tira para abajo.  Buscamos alegría en cosas pasajeras y limitadas, pero no llegan a completar el nivel que necesitamos.  Buscamos alegría en el libertinaje, o en la promiscuidad, o en alcohol, o en otras sustancias, o en personas que no nos valoran.  El gozo que podemos experimentar dura un tiempo muy escaso.

El salmista nos enseña que la verdadera alegría, la plenitud de gozo está en Dios.  

Las obras del Señor deben alegrarnos.  Las acciones de Sus manos deben darnos gozo.  

Es bueno alabarle.  Es bueno cantarle salmos con diferentes instrumentos musicales.  Es bueno tomarse un tiempo, por las mañanas, para anunciar lo nuevo de Sus misericordias.  También es bueno apartar unos minutos para anunciar, por las noches, la grandeza de Su fidelidad.  Comenzamos el día lleno de Su misericordia y lo terminamos confiados porque Él es fiel.

Alabarle, cantarle y anunciar las grandezas del Señor es lo que nos trae gozo y alegría.  Sus obras y Su actuar logran ese efecto renovador en nosotros.

Alégrate y gózate en el Señor.  

Reconoce que nos hace bien alabarle.  

Reconoce que la obra de Sus manos nos llena de gozo.   

 

Pr. Carlos Nelson Ibarra

 

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