Ser testigos [Hechos 1:8]

 Testigo es aquel que puede contar lo que ha visto u oído.  Es aquel que tiene la capacidad de comunicar cómo fueron los acontecimientos.

El Señor Jesucristo llamó a sus discípulos a ser testigos, no a ganar con argumentos terrenales.

A la hora de ejercer nuestra responsabilidad como discípulos debemos saber a qué fuimos llamados.  “Me seréis testigos” dijo Jesús.

Jesucristo nunca nos llamó para defenderlo, ni a pelear contra otros para ganar una discusión de argumentos religiosos.  Él nos llamó para que contemos lo que hizo por nosotros y por el resto de los seres humanos.

Nunca caigamos en la tentación (cuando nos confrontan) de querer ganar la discusión.  No fuimos llamados a eso.  Nuestro llamado es más alto y sublime.

Superemos el orgullo de imponer nuestros argumentos y enfoquémonos en contarle a la gente lo que el Señor ha hecho.  Para eso Él nos llamó.  

Si hacemos las cosas a nuestra manera, Dios no tiene porqué respaldarnos.  Pero si las hacemos según Su llamado; nadie, por erudito que sea, nos podrá hacer frente.

Pueden o no aceptar nuestro relato, pero nunca podrán negarlo.  Sabemos lo que Él hace:  Él perdona, Él salva y Él llena de esperanza a los que le creen.

No fuimos llamados a pelearnos con la gente que no cree.  Fuimos llamados a ser testigos del acontecimiento más importante de la historia de la humanidad.  Somos testigos de lo sucedido en la cruz.  Allí Jesús sanó nuestras enfermedades, llevó nuestras maldades, quitó de en medio el pecado y nos llenó de esperanza eterna.  Ni la muerte, ni el pecado, ni Satanás pueden con nosotros, somos más que vencedores por Su amor.

No discutas.  Solo sé testigo.  

Él sabrá, por Su Espíritu, imponer amorosamente Sus argumentos por sobre el corazón y el espíritu de aquel que te escucha hablar de Jesús.

 

¡¡Buena semana!!

Pr. Carlos Nelson Ibarra

 

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