Lo vamos a pasar [Josué 3:1-5]

Hace meses que el Señor, recurrentemente, me lleva a ver su obrar y sus demandas en este acontecimiento histórico que relata Josué.

El pueblo estaba frente a un imposible de cruzar.  El Río Jordán estaba desbordado por todas sus orillas.  Las preguntas y la incertidumbre debe haber sido moneda corriente entre la gente.  Preguntas como: ¿podremos cruzarlo? ¿Cómo vamos a llegar al otro lado? ¿Llegaremos todos al otro lado?

Hoy estamos frente a algo que nunca antes vivimos y que parece muy difícil cruzar.  La incertidumbre y la ansiedad crecen en nuestro interior.  Preguntas similares surgen: ¿Cómo vamos a pasar todo esto? ¿Qué consecuencias tendremos que enfrentar más adelante? ¿Llegaremos todos al otro lado? ¿Algún ser amado no llegará? ¿Cómo será eso de la “nueva normalidad” de la que hablan?

Viendo a Dios obrando en la historia, me lleno de fe y esperanza, pues confío y no tengo dudas que “lo vamos a pasar”.   Dios está al control absoluto como lo estuvo en la historia que relata Josué.

Tres demandas claras que Dios hizo a su pueblo y también nos llegan a nosotros hoy.

La primera es que el arca del pacto vaya adelante.  Eso significa que “Dios siempre adelante”. Nosotros siguiéndole.  Eso nos habla de dependencia y obediencia.  Dependencia porque él nos marca el camino y el ritmo, pues nunca antes anduvimos por un tiempo así.  Obediencia, porque al obedecer mostramos que Él manda y que aceptamos ese gobierno sobre nosotros.

La segunda es que haya cierta distancia entre el arca y el pueblo, como 2000 codos.  Esto nos habla de un Dios cercano e íntimo; pero también de un Dios grande y trascendente.  Dios es nuestro “papito”, pero también es el Señor soberano del universo a quien nadie le tuerce el brazo.  Las cosas se hacen en Su tiempo y a Su forma.  Nunca dejemos que la familiaridad nos opaque lo grandeza de nuestro Dios.  

La tercera demanda es de santificarse.  Santificaos porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros.  Es aprovechar el tiempo para santificarse, dejar que Dios trate con nuestra carnalidad para que seamos cada día más apartados para Él.  

 

¡¡Vamos!!  Esto también “lo vamos a pasar”. 

¡¡Hay maravillas de Dios esperándonos del otro lado!!

 

Ptr. Carlos Ibarra.

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