La vida del discípulo tiene un único desafío: seguir adelante.  

La vida está marcada por situaciones que nos hacen saber que el tiempo avanza.  La carrera no se detiene.

La Biblia nos dice que recibamos ánimo al saber que otros corrieron antes y lo lograron.  Disciplinarnos y despojarnos de todo peso y del pecado que nos asedia y correr con paciencia la carrera que tenemos por delante puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe.  

Corramos mirándolo a Él y Su deseo para nosotros.  

“Los deseos del Señor nos motivan, pero, los deseos de nuestra carnalidad nos frustran”.

Quiero que decidas ser protagonista de las cosas que Dios va a hacer en vos y a través tuyo, quiero que vivas con alta motivación porque los deseos del Señor se cumplirán.  

Nuestro más grande objetivo es “seguir adelante”, porque esta carrera no se trata de alcanzar nuestras metas y objetivos, sino de cumplir los deseos que Dios tiene para nosotros.

No te detengas hasta alcanzar la corona de la vida.

Sigue adelante en tu relación con Dios…  

…sigue adelante siendo cada día más como Cristo… 

…sigue adelante en el conocimiento de Su Palabra… 

…sigue adelante incrementando tu tiempo de oración… 

…sigue adelante y no dejes de congregarte… 

…sigue adelante mejorando la relación con tu familia… 

…sigue adelante aprendiendo a perdonar… 

…sigue adelante compartiendo tu fe con otras personas… 

…sigue adelante… sigue adelante… sigue adelante… 

Los amo.  El Señor los bendice.

Pr. Carlos N. Ibarra