Sin condena [Romanos 8:1]

 ¡¡Qué bueno es saber que ya no hay condenación para nosotros los que hemos creído en Jesús!!

Los que estamos en Cristo no sufriremos las consecuencias de estar separados eternamente del Señor por los pecados cometidos.

No tenemos porqué vivir desesperanzados.  Somos seres de esperanza eterna. No podemos seguir siendo esclavos del pecado y la iniquidad.  Somos libres por la victoria de Jesucristo en la cruz.

Somos de aquellos que todos los días aprenden a no andar según la carne.  Nos ocupamos de andar en el Espíritu.

Somos de aquellos que no se entristecen ni se deprimen por sus errores.  Siempre buscamos vivir según el Espíritu.  Por Su guía tomamos el camino de la confesión y del arrepentimiento para regresar al Padre y a Su propósito.

Vivir en el Espíritu no es ser perfecto.  Es saber cuáles son nuestras debilidades, encomendarlas al Señor y confiar que su poder se perfecciona en nosotros.

Es conocer las leyes del Reino y volcar nuestra voluntad para hacer de ellas nuestro estilo de vida.

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”

Si estás en Cristo nadie puede ni podrá condenarte.  ¡Aleluya!

 

Pr. Carlos Nelson Ibarra

 

 

Devocionales anteriores