Te amo Argentina  

 Amar la tierra donde vivimos y a la gente que son nuestros vecinos es lo que nos enciende para hacer algo a favor de ellos.  La Biblia dice que Dios nos amo de tal manera que envío a Jesús para recuperar todo lo que se había perdido.  

La gente sin Cristo está perdida.  Por eso se han perdido los valores.  Se ha perdido el respeto por la vida y la familia.  Se ha perdido la moral.  Se ha perdido el amor al prójimo.  Ya todo da igual.  A lo malo llaman bueno y a lo bueno malo.

Muchos saben que hacen cosas malas, pero no les importa.  Todos lo hacen, te dicen.  Robar está mal, pero bueno, si no lo hago no prospero.  

Parece que en todos los ámbitos gana la inmoralidad y la maldad.  

Yo creo que nosotros tenemos la esperanza.  Creo que aquellos que hemos experimentado el amor y el perdón de Dios todavía podemos hacer algo.

Luchemos contra toda inmundicia.  Levantemos en alto los valores sublimes de la fe, de la esperanza y del amor.  Oremos confiados encomendando la causa al fiel creador.  Actuemos con determinación y paciencia, pues veremos a Dios hacer a nuestro favor.  Actuemos con firmeza ante la corrupción, siendo nosotros íntegros.

Si todavía estamos aquí es porque el Señor quiere usarnos.  Somos sal y luz.  Alumbremos con Su gloria nacida sobre nosotros, y ninguna tiniebla se nos podrá resistir.  Nuestra sola presencia y acciones hacen que las cosas no se pudran del todo.

Amemos como Dios ama y la victoria eterna se mostrará en nosotros y a través de nosotros.  Peleemos con amor y esperanzas, armas que no son carnales.  Armas poderosas en Dios para destruir murallas mentales fortificadas de gente orgullosa que quiere levantarse contra el conocimiento de Dios.

 

Te amo Argentina.  Oro fervientemente por vos.  

Te amo Argentina.  Pido a Dios que me haga un agente de esperanza para mi pueblo.

Te amo Argentina.  Ruego a Dios que todos los días me enseñe a amarte como Él te ama.

 

Felices 206 años de Independencia.  

¡¡Feliz Día de la Independencia!!

 

Pr. Carlos Nelson Ibarra

 

 

Devocionales anteriores