Algunos creen que son ellos los que encontraron a Dios. Creen que por el esfuerzo de su búsqueda fueron salvados y perdonados. Creen que la relación con Dios se basa en la búsqueda esforzada que ellos desarrollan, pero no es así. Nuestra búsqueda (caminar tres días por el desierto) es en respuesta a que Él nos encontró.
Este pasaje muestra que es Dios quien encuentra a Su pueblo y no al revés. Decile a Faraón que “el Dios de los hebreos nos ha encontrado”. Dios los encontró en medio de las dolencias de la vida. Los encontró sufriendo la esclavitud y clamando agónicamente por libertad.
Hoy también Dios está encontrando a su pueblo. Gente capas de caminar tres días por el desierto. Gente que se moviliza para adorarle yendo hacia donde Él está. Personas que caminan por el desierto de la circunstancias y llegan a encontrarse con El en adoración. Personas a las que no las detiene el desierto, sino que van a presentarse en adoración delante de Aquel que los encontró.
El Señor está encontrando a sus verdaderos hijos. Hijos que no se quedan en la esclavitud del mundo y del pecado, sino que salen y marchan para adorarle.
El Señor está encontrando los adoradores que siempre buscó: adoradores que lo adoren en espíritu y en verdad (Jn. 4:23)
Él nos encontró, nos perdonó y nos salvó en Jesucristo. Nunca dejemos de adorarle.
Buena semana.
Pr. Carlos Nelson Ibarra