El Salmo 27 fue escrito por David, el rey más famoso de Israel, pero hasta que eso sucedió enfrentó muchos peligros y su vida estuvo en constante amenaza, pero David se sentía seguro.
En la última semana me tocó vivir un tiempo en el que me fue necesario levantar mis ojos al cielo y sólo mirar a Dios y leí este salmo, pudiendo identificarme con David.
1) Dios es la razón de nuestra confianza: David sabía que Dios es mucho más grande que cualquier amenaza y que contamos con su presencia, su ayuda y que nada es imposible para él.
2) En Dios tenemos un lugar seguro: estar ante Dios da paz y alivio en los momentos más duros de la vida, encontramos también la fuerza que necesitamos para superar todos los problemas.
3) Dios escucha nuestro clamor: todos nos sentimos inseguros en algunos momentos. Cuando esto sucede necesitamos clamar a Dios por ayuda, ir delante de él en oración y ruego. Y por último…
4) Dios, nuestra certeza y ánimo: David tenía una certeza. No importaba cuántas dificultades llegaran a su vida él sabía que vería de nuevo la bondad de Dios en su vida.
Dios es bueno y una vez más, permitió afianzar mi certeza, recobrar mi ánimo y esperar en él.
Los bendigo!!