Porque Él nos escucha [Salmo 143:1-2]

 El Rey David sabía perfectamente que no calificaba para que Dios lo escuche.  Sabía que la respuesta a sus oraciones no estaba en quién era.  Sabía que la posibilidad de respuesta divina se trataba de la bondad, justicia y fidelidad del Señor.  Delante de Dios nadie se puede justificar.  Nadie es inocente.  Todos hemos pecado.  (Ro. 3:23)

A veces nos creemos con derechos de exigirle al Señor que haga algo a nuestro favor.  No existen tales derechos.  Todo lo que recibimos es por Él.  Debemos basar toda nuestra súplica en Su fidelidad y en Su justicia.  

Su fidelidad nos anima a confiar en Sus promesas.  Su justicia nos da el acceso a Su presencia.  Nos justificó a través de la fe en Cristo.

Nada de lo que hagamos puede hacer que nos acerquemos a Dios.  Él no está obligado a responder oraciones que hacemos confiando en lo que somos o hacemos.

Dios solo responderá las oraciones de aquellos que se acercan amparados en Su justicia y en Su verdad.

 Nunca confiemos en nuestra honestidad y bondad.  Simplemente, porque delante de Dios, no somos ni honestos ni buenos.  Acerquémonos sabiendo que la respuesta no vendrá por quienes somos, sino que vendrá por quien es Él.  “Respóndeme por tu fidelidad y tu justicia” dijo el Salmista. BLA.

Nunca es por nuestros méritos. Siempre es por los méritos de Él.

Buena semana!!

Ptr. Carlos Nelson Ibarra

 

Devocionales anteriores