Pablo hace hincapié en que lo espiritual no tiene que estar divorciado del entendimiento.

A veces, pensamos que hacer algo espiritual no requiere de nuestro intelecto.  

Es cierto que no vamos a entender por completo lo que hacemos, hasta que el Señor nos lo revele.  Pero, también, es cierto que todo requiere de nuestro intelecto, comprensión y decisión para orar y cantar.

Orar requiere un estado de entrega voluntaria, bajo la comprensión y cordura, de aquellos que entienden lo que hacen.  Es un ser humano que conscientemente se entrega confiado para hacer cosas irracionalmente espirituales.  Es hablar con Dios entendiendo lo que le estamos expresando y pidiendo.  Oremos a Dios con el espíritu, guiados por la dirección que el Espíritu Santo nos da.  Pero, también, con el entendimiento de saber lo qué estamos haciendo.

En el momento, de cantar es similar.  Debemos cantarle al Señor, no solo repitiendo el contenido de la letra de una canción sino, siendo consciente y entendidos de lo qué estamos cantando.  Se trata de poner en acción el intelecto para entender lo que expresamos.  Es importante no caer el error de repetir algunos fonemas con melodía atractiva, sin prestarle atención a lo que decimos.

Cantemos al Señor con toda espiritualidad, pero no dejemos de lado el entender lo que cantamos.  A veces, nos encontramos cantando “barbaridades” por no ocuparnos de entender.  Y otras, nos perdemos de alimentar nuestro espíritu por lo fuerte y poderosa que es la declaración de esa letra.

Oremos y cantemos con el espíritu, pero también con el entendimiento.

¡Buena semana!

Pr. Carlos Nelson Ibarra