Cuando nos enteramos de cosas malas que suceden en nuestra ciudad, debemos sentir una genuina carga por esas noticias.  No es bueno que seamos indiferentes al dolor del otro.  Debemos sentir la responsabilidad espiritual de que algo podemos hacer.

Nehemías sintió una profunda carga por la ciudad amada de Jerusalén.

Eso lo impulsó a clamar a Dios con arrepentimiento por los pecados que se cometían en esa tierra.  Lo llevó a derramar su corazón confiando en que el Dios soberano era capaz de perdonar y restaurar todas las cosas.  Alabó y reconoció Su grandeza y soberanía.  Y encomendó el “buen éxito” en Sus manos.  Y eso, lo movilizó a hacer lo que estaba a su alcance por el bien de Jerusalén.

Estamos en oración por nuestra ciudad.  Debemos sentir la carga de verla transformada por el Señor.  Caminemos en verdadero arrepentimiento por los pecados que cometemos y que se comenten en nuestra ciudad.  Glorifiquemos a Dios por su fidelidad, por su grande y eterna misericordia y encomendemos el “buen éxito” de la proclamación del evangelio en sus manos.  Que esto nos movilice a hacer lo que esté a nuestro alcance para que Bahía Blanca sea transformada.  El “buen éxito” siempre está en su potestad, no en la nuestra.

Sumate en alguna de las entradas a la ciudad para que oremos intensamente por ella.  

Ruta 3 sur (Estación “El Cholo”).  Ruta 35 (Rotonda con Sesquicentenario).   Ruta 33 (Rotonda con Sesquicentenario). Ruta 51 (Rotonda de la Caminera). Ruta 3 norte (Rotonda de Indiada y Drago).

Pr. Carlos Ibarra.