“En la vida hay que pelearla, nene” me dijo una un entrenador de fútbol cuando vio que no me esforzaba en la tarea.  

Eso me motivó a echarle “ganas” cuando quiero lograr algo.  Me enseñó a no temerle a las amenazas del esfuerzo.  Me enseño que los hombres esforzados son los que nunca huyen ni se “achican ante la tarea”.

Desde que conozco al Señor intento hacer todo lo que Él me demande con entrega, esfuerzo, dedicación y sin huir de la tarea. 

Las palabras que expresó Nehemías muestran que en la vida no hay que huirle al asunto.  “Un hombre como yo ha de huir? preguntó.

Nehemías es un ejemplo de un hombre que aprendió que las cosas se logran con esfuerzo, entrega y dedicación.

Un hombre que entendió que la obra de Dios se debe hacer sin demoras y con las fuerzas que Él da a los que llama.

Puede ser que alguien te quiera tener encerrado y sin poder avanzar.  O vos mismo te ves encerrado en ciertos conceptos de “no puedo…” o “a mí no me sale”

Es tiempo de no huirle a las responsabilidades que el Señor pone por delante.

Quizá tengamos que retomar esa carrera que dejamos hace rato.  O aquel desafío económico pendiente.  O trabajar intensamente para reconstruir el muro de tu familia.  O capaz tenés que superarte e ir por aquella tarea ministerial que hace años venís postergando.

 

Bendigo tu vida y sobre todo tu hombre interior para que seas de aquellos que no huyen, ni retroceden, ni se encierran.

 

Ptr. Carlos Nelson Ibarra

 

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