"Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible."

Las personas de fe son aquellas que no anda por la vista natural, sino por la confianza y certeza de que Dios actuó y actuará.  La fe, no siempre, tiene que ver con los acontecimientos que vendrán.  También tiene que ver con darnos la capacidad de creer y aceptar como absolutamente ciertos los hechos que Dios hizo en el ayer.  Esa certeza de que Dios actuó, aunque no lo vimos; nos da la capacidad de confiar hoy, que mañana Él también actuará.

Curiosamente Moisés enfrentó un momento en la historia que era muy desafiante para él y para todos los hijos de Israel.  Salir de la tierra de Egipto.  Eran esclavos y Dios los quería libres.  Pero Faraón quería destruirlos.  

A Moisés no le importó que Faraón estuviera enojado, superó el miedo al mal que podía hacerle mirando a Aquel que no podía ver.   “Se sostuvo como viendo al Invisible”

Parece loco, ¿no?  ¿Encontrar fortaleza y libertad en algo o alguien que no podemos ver?

Así funciona la fe.  No podemos ver con nuestros ojos, pero curiosamente el ser interior se llena de una convicción tan profunda, que nos hace saber que ahí está nuestro Dios, aun cuando no lo podamos ver.

En medio de nuestras experiencias de vida (las buenas y las no tanto) caminemos sin temor al mal.  Llenémonos de esa convicción interna que nos permite disfrutar de la vida viendo hoy cumplido aquello que esperamos que suceda mañana.

Andemos por la vida, no temiendo el enojo del diablo y fortalezcámonos como si viéramos con nuestros ojos humanos a nuestro gran Dios obrando con poder y autoridad.  

Confiemos que aunque hoy quizá no lo veo, ciertísimamente lo veré. “Porque por fe andamos, no por vista” 2 Co. 5:7

 

Devocionales anteriores