Pablo tenía como meta el conocer más a Cristo.  Conocer a aquel que lo llamo con supremo llamamiento era muchísimo más valioso que cualquier otra cosa en este mundo.  Sabía que lo había convocado el Supremo Señor del universo para cumplir con Sus planes.

En su forma de pensar, el apóstol, hacia una sóla cosa.  No muchas, una sóla.

Se olvida de lo que queda atrás y se extendía a lo que está por delante.  Es una sola cosa con dos direcciones.  No se puede ir hacia adelante sin dejar el pasado atrás.  Es imposible caminar hacia adelante, sin dañarnos, mirando para atrás.

Aprendamos que en estos tiempos de incertidumbre y de poco sentido común, está bueno enfocarnos y hacer una sola cosa.  Seguir el ejemplo y dejar atrás las cosas del ayer para extendernos esperanzados hacia adelante.  

Las mejores y mas ricas bendiciones del Señor están mañana.  El cumplimiento de Su promesa eterna está por delante.  El mejor de los futuros nos espera a los que fuimos llamados con supremo llamamiento.  Un futuro de eterna bendición nos espera a los que hemos creído en Jesús, a aquellos que somos asidos por Él.  A aquellos que vivimos Su propósito, con Sus fuerzas, justificados por Su amor y sostenidos por Su gracia.

Vivamos estos días sin estancarnos en lo pasado, sino, extendiéndonos en esperanza hacia todo lo bueno que Dios tiene para nosotros mañana.  

Avancemos confiados que el final de nuestro supremo llamamiento es una eternidad junto a Él.

 

Buena semana!!

Ptr. Carlos Nelson Ibarra

 

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