En medio de una serie de consejos prácticos que Pablo les escribe a los colosenses aparece esta maravillosa ordenanza: “Sobre todas estas cosas vestíos de amor”.

Versículos anteriores les nombra algunas prendas del atuendo que debemos vestir: misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre y paciencia.  Son prendas que nos identifican como escogidos, santos y amados de Dios.

Debemos ponernos ese “sobretodo” de amor.  No nos puede faltar.  El “sobretodo” es la prenda que cubre todo el resto.  Es la prenda que nos da mayor identidad como hijos de Dios.

En estos tiempos tan especiales no dejes de “ponerte el sobretodo”.  Hará que la paz de Dios gobierne tu corazón, estarás en paz con Él y con los hombres.  Abrirá la posibilidad de vivir en unidad con tus hermanos en la fe y con tu familia.  Pondrá en tu boca gratitud.  Erradicá la queja por lo que te pasa o por los que te rodean.  Dale gracias a Dios por todo y por todos, esa es Su voluntad (1 Tes. 5:18), aunque no sea la tuya.

Solo vistiendo el “sobretodo” es posible mantener un ambiente pacífico, unido y lleno de gratitud.

Hay personas que necesitarán una manifestación mayor de Dios en sus vidas y familias.  Alguien que amaban ya no estará para celebrar físicamente.  Seguro que está celebrando con el Señor.  Pero el duelo se adueña de las emociones y no es fácil seguir.  Oro por ustedes para que él mismo Dios de paz guarde vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Fil. 4:7)

Vestíte para la ocasión y que lo sucedido no condicione tu indumentaria.  

Vestíte de espiritual, no de religioso.  Vestíte de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia.  Pero “sobretodo” vestíte de amor.  

Vestido así, como escogido de Dios: paz, unidad y gratitud serás comunes para vos.

 

Los abrazo fuerte y en amor!!

Felices Fiestas!!

Disfruta con los tuyos!!

 

Ptr. Carlos Nelson Ibarra

 

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