No es novedad decir que estamos viviendo días turbulentos.  Días de zozobra.  Días donde las posturas son extremas: de este lado o del otro.  Nadie respeta a nadie.  Sólo importa hacer valer mi opinión sobre la de los otros a cualquier costo.  Son días malos.  Son días llenos de maldad.

Los que somos de Cristo, dejemos de lado la insensatez de las divisiones.  La voluntad de Dios es que seamos unos.  Lo sabemos, pero siempre encontramos algo para estar divididos.  Nos dejamos dividir tontamente por las posturas políticas, por la vanidad de tener siempre la razón y por diferentes luchas de poderes entre hermanos (no sólo dentro de la iglesia, sino que también en la sociedad). 

Nuestras familias, nuestra congregación y nuestra sociedad sufre esa tonta insensatez.  Dejamos afuera de la ecuación a Dios por no entender cuál es Su voluntad, y después lloramos preguntándonos ¿Dónde está Dios?

Nuestra conducta tiene que ser sabia.  Tenemos que actuar con cordura.  Entendidos de lo que Dios quiere que hagamos.  Dios no quiere que sus hijos vivan siendo agentes de división, los quiere agentes de paz y unidad.  

La conducta sabia es también prudente.  Prudencia que nos ayuda a no destruir más de lo que debemos.  A veces cuando Dios quiere construir algo bueno debe derribar lo malo (Jeremías 1:10).  Eso duele, pero es necesario.  Allí es donde la prudencia cobra relevancia.  Cuando una mentira es confrontada con la verdad de Dios se sufre una colisión.  Es confrontar el pecado y las conductas pecaminosas con la verdad de la Palabra, pero amar con pasión a la gente.  Es derribar argumentos y altiveces que se levantan contra él conocimientos de Dios, no lastimar a las personas.  Dios los ama con la misma intensidad que a nosotros.  Es un compromiso eterno e incondicional el amor de Dios hacia su creación.

Aprovechemos el tiempo para conducirnos con sabiduría entendiendo la voluntad del Señor.  

Días malos, requieren conductas prudentes y sensatas.

Días llenos de maldad requiere llenura del Espíritu Santo y su fruto manifestándose en nosotros.

Días malos de abusos requiere personas que defiendan a los indefensos.  ¡¡Basta de abuso infantil!!

Días malos de muerte requiere personas que defiendan el valor divino de la vida.  ¡¡Salvemos las dos vidas!!

 

Buena semana!!

Ptr. Carlos Nelson Ibarra

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