Juventud [1 Timoteo 4:12]

La juventud es una etapa de la vida muy particular.  Es vivida con mucha intensidad y se toman grandes decisiones que afectarán seriamente nuestro futuro.  

Se suele vivir creyendo que podemos llevarnos el mundo por delante, viendo a todos lo mayores como anticuados, como fuera de época.  También se toman las decisiones más importantes de la vida, cómo por ejemplo: “de qué voy a vivir”, “cuál va a ser mi oficio”, “con quién me voy a casar”, “se piensa en cuántos hijos queremos tener”,  “si voy a tener hijos”, “se abraza con particular intensidad la fe para encontrar el propósito que Dios tiene con nosotros”, “solemos poner por delante las emociones antes que lo racional”, y “tenemos la tendencia a no escuchar el consejo de los mayores”

Los que transitan esta etapa, se sienten capases y maduros para todo.  Curiosamente, los que ya la transitamos, tendemos a menospreciarlos porque los vemos inexpertos.  Con mucho entusiasmo, pero con poca solidez.

El consejo apostólico es contundente y nos orienta a todos.  A los jóvenes y a los adultos.

Pablo quiere que los adultos no menospreciemos a los jóvenes.  Que hagamos el esfuerzo para superar esa barrera interna de vernos a nosotros como los únicos que podemos hacer las cosas y a ellos como inmaduros, incapaces e inestables.

Pablo también aconseja, al joven pastor Timoteo, que la forma de ayudar para que no lo menosprecien, es ser ejemplo.  Le detalla que debe ser ejemplo en su forma de hablar, en la forma de conducirse, en la forma de manifestar el amor a Dios y a las personas.  También debe ser ejemplo en la forma de relacionarse con Dios, en la confianza firme que tienen en el Señor y en la integridad pura que caracteriza a los verdaderos hijos de Dios.  Integridad manifestada en pureza sexual, pureza de pensamiento y pureza de carácter.

A ustedes jóvenes.  Los honro y valoro muchísimo el esfuerzo que hacen por ser ejemplo de los creyentes.

A ustedes creyentes.  Lo bendigo en el nombre de Jesús.  No lo hagamos nosotros y no permitamos que nadie menosprecie a nuestros jóvenes.  Según 1 Juan 2:14: “ellos son fuertes, y la Palabra de Dios permanece en ellos y han vencido al maligno”.  “Son valientes, han derrotado al diablo y han aceptado con sinceridad el mensaje de Dios”

 

Buena semana!!

Ptr. Carlos Nelson Ibarra

 

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