Justicia que engrandece [Proverbios 14:34]

Podemos debatir muchas cosas.  Podemos estar o no de acuerdo en otras tantas, pero creo que hay una en la que, como hijos de Dios, debemos enfatizar nuestra convicción.

La muerte nunca es una opción.  La muerte de un ser humano causada intencionalmente por otro ser humano nunca está en la voluntad de Dios.  El Señor está interesado en que seamos agentes de vida, paz y salvación.

Me considero un hombre de fe.  Me considero un hombre que intenta por todos los medios conscientes obedecer a la Palabra de Dios, aún en medio de mis falencias.  No soy perfecto, solo estoy en camino hacia ello por la obra de Dios en mí.

Puede ser que haya muchas cosas que no entienda de las posturas de ciertas personas, pero sé que el Valor de la Vida es sublime y divino.  Ninguno de nosotros elegimos nacer, existir o vivir.  Ese valor nos lo dio Dios.  Por eso nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie, por más pequeño, indeseado o molesta que sea su existencia.  No podemos tomar como derecho personal la muerte de otro ser humano.

Amados, nosotros somos de los que decimos “Si a la Vida”

No nos dejemos confundir por el cóctel de reclamos que se están realizando en este momento.

Nosotros somos los que dicen: “Si a la Vida del Niño por Nacer” y “Si a la Vida de las Mujeres”.  ¡¡No queremos más muertes!!

Las legislaciones tienen que estar basadas en apoyar el derecho a la vida de todos.  En sancionar apropiadamente a los que ejecutan muerte.  En hacer justicia defendiendo la vida.  En hacer justicia defendiendo a los más indefensos, sean fetos o mujeres.  Desde esa base podemos debatir y hablar de los otros asuntos.  Quiero que la justicia engrandezca nuestra nación y que el pecado de abuso, violencia y muerte deje de avergonzarnos.

Intensifiquemos nuestras oraciones y levantemos nuestra voz para que Dios haga que Su justicia se manifieste en medio nuestro.

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