No somos de los que retroceden [Hebreos 10:39] 

La historia de David y Goliat (1 Sam 17) ha resistido el paso del tiempo, inclusive entre los que no leen la biblia.  Este “muchacho, rubio y de hermoso parecer” tenía más coraje que todo el ejercito de Saúl junto.  Es que él conocía al Dios que lo respaldaba, sabía que, como en el pasado, le iba a dar la victoria.  Cuando Goliat le fue al encuentro, David ¡corrió! Hacia él. ¡Sí! Corrió!

La palabra retroceder proviene del termino griego “jupostolé” que también se traduce como apostasía.  El apóstata es aquel que abandona su fe.  Quizás superado por las circunstancias ya no quiere esperar los tiempos de Dios y decide hacer su camino solo.  David habría corrido a una derrota segura si en sus propias fuerzas enfrentaba al gigante.

“La convicción de lo que no se ve” dice Heb. 11:1.  Esto es la fe.  No confiar en tus sentidos, ya que ellos no pueden discernir lo espiritual.  Solo saben ver para creer pero no pueden creer para ver.  “Pero nosotros no somos de los que retroceden…”.   Seamos como David, que creyó cuando nadie más lo hacía.   Por fuerte que sea el rugido del “león” no retrocedas.   Mantén tu fe.

Sé de los que no retroceden!!

Claudio Cabrera

 

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