No mira lo que mira el hombre [1ºSamuel 16:7]

“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”

En el relato bíblico podemos observar el atributo divino respecto a lo que Él observa de las personas.  Dios le realiza una advertencia a Samuel: que no se fijara en el buen parecer, ni en la estatura grande, porque Jehová pone su mirada en el CORAZÓN del hombre. 

Es muy diferente a lo que muchas veces hacemos nosotros.  Normalmente ponemos nuestra vista solo en las apariencias y en lo exterior.  No solo lo hacemos sobre las personas, sino también sobre las situaciones, donde perdemos la perspectiva de análisis.  No podemos ver el propósito que cumplen todas las circunstancias sobre nuestra vida. 

Samuel fue obediente al mandato de Dios y escogió como rey de Israel a un joven llamado David; alguien a quien ni siquiera lo tuvo presente su mismo padre al momento de presentar a sus hijos.  Noten que aunque el hombre nos olvide, Dios jamás se olvidará.  Y cuando de cumplir propósito se trata, Dios nunca llega tarde.

Tu situación actual puede ser el testimonio tuyo mañana.  Recordá que por encima de cualquier cosa, Dios conoce las verdaderas motivaciones del corazón.  Si en nuestro corazón estamos determinados a cambiar, reconozcamos este hermoso principio: Dios tiene la capacidad de mirar mucho más profundo de aquello que nosotros podemos ver.  

Es especialista en poner su mirada sobre aspectos y situaciones muy diferentes a lo que nosotros vemos.  Depositemos nuestra mirada y confianza en que podemos cambiar nuestra realidad, que tenemos una perfecta oportunidad para experimentar el perdón, la provisión, el cambio, la sanidad, el cumplimiento de Su propósito.  No le temas a los conflictos y problemas, ellos son la materia prima para los milagros.

Claudio Curcio

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