Por Él y por sus méritos [Salmo 143:1-2]

"Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme por tu verdad, por tu justicia. Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano."

El Rey David sabía perfectamente que no calificaba para que Dios lo escuche.  Sabía que la respuesta a sus oraciones no estaba basada en quién era él.  Sabía que la posibilidad de respuesta divina se trataba de la bondad, justicia y fidelidad del Señor.  

Reconocía que delante de Él nadie se puede justificar.  Nadie es inocente.  Todos hemos pecado.  “No hay justo, ni aún uno” dice Pablo (Ro. 3:10)

Muchas veces nos pasa que nos creemos con derechos a exigir al Señor que haga o se manifieste a nuestro favor.  La realidad es que no existe de parte nuestra ningún derecho que esté parado en nuestra conducta. Porque no somos inocentes delante de Él.  

La única opción que tenemos para que Dios nos escuche, es basar toda nuestra súplica en la realidad de que Él es fiel y justo.  

Su fidelidad nos da la capacidad de acudir confiando en Sus promesas.  Las que Él mismo nos hizo en Su Palabra.

Su justicia es la que nos da el acceso a Su presencia.  Él nos justifica por la fe en la obra extraordinaria de la cruz.  No hay justicia en nosotros.  No somos justos en nuestros actos.

Nada de lo que hagamos puede hacer que nos acerquemos a Dios.  Ninguna de nuestras acciones, por más buenas que sean, puede forzarlo a responder positivamente alguna de nuestras oraciones.

Solo podemos acercarnos a Él confiando que Su justicia y fidelidad nos abrieron el camino a su trono de gracia por lo que Jesus hizo pagando por nuestros pecados al morir en la cruz.

Dios no está obligado a responder nuestras oraciones cuando las hacemos parados en lo que nosotros somos o hacemos, aunque eso sea bueno.

Dios solo responderá las oraciones de aquellos que se acercan amparados en Su justicia y en Su verdad.

“Por lo tanto, ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que entró en el cielo, Jesús el Hijo de Dios, aferrémonos a lo que creemos... y acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios, que allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.”  He. 4:14, 16. NTV

‭‭‬‬Al acercarte a Dios, al orar, al clamar por auxilio… nunca confíes en tu honestidad, siempre acercante sabiendo que la respuesta vendrá por Su verdad y Su justicia.

Nunca es por nuestros méritos.   Siempre es por lo méritos de Él.

 

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