Mediador [1 Timoteo 2:5]

"Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre"

Muchas veces hemos necesitado algún tipo de mediación en ciertos conflictos, como laborales, familiares, sociales, etc.  El mediador es aquel que actúa entre dos o más partes para ponerlas de acuerdo.

Recuerdo un pleito de niños.  Infantilmente se generó porque en el juego de pelota, yo quería ser Fillol y el arquero del otro equipo también quería hacerse llamar igual… ¡¡que enojados que estábamos!!  Era nuestro ídolo del momento.  Uno de nuestros amigos medió entre nosotros y resolvió el asunto explicándonos que no podía el mismo arquero estar en los dos equipos y propuso que vayamos a andar en bicicleta…  Después de unas cuantas miradas de enojo y con ganas de darnos algunos golpes accedimos a cambiar de juego.  La función mediadora de “el pacha” (así lo apodábamos), fue muy importante para estar en paz y seguir disfrutando del día.

Según la Biblia nosotros estábamos enemistados con Dios.   

Queríamos ser o hacer algo que nunca sería posible.  Queríamos manejar la vida según nuestros designios y creer que nos va a ir bien.  Queríamos acercarnos a Dios por nuestros propios medios, pero una vez que el pecado rompió nuestra relación con Él, ningún esfuerzo humano era capaz de lograr esa reconciliación.  

Necesitábamos un mediador.  Y lo necesitamos aún.  Porque todo esfuerzo humano que no pase por la mediación de Jesucristo es considerado como “trapos de inmundicia”

En el primer acuerdo (AT) el mediador era alguien que entregaba un sacrificio de sangre para restablecer la paz con Dios.

En el segundo acuerdo (NT), un mejor pacto, el mediador entregó SU sangre para lograr la justificación del que cree y poder así estar en paz con Dios eternamente.

“porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombre, Jesucristo hombre” (1 T. 2:5).   Él es mediador de un nuevo pacto, porque intervino con su muerte para pagar por nuestras transgresiones que estaban denunciadas en el acuerdo anterior.  Es por Él que los llamados recibimos la herencia de eterna paz con Dios.  He. 9:15

Él abolió en su pago nuestras enemistades.  Enemistades que teníamos con Dios y con los otros seres humanos.  Él las dejo sin vigencia.  Permitiendo que estemos en paz con Dios y con los demás.  Ef. 2:15 

Vivamos bajo el poder de este nuevo acuerdo en la obra del nuestro único mediador.  Es posible vivir sin enemistades, ellas fueron desechas en la cruz.

¡¡Vivamos en paz con Dios y con los demás!!

 

Devocionales anteriores