Sobrios y alerta [1 Pedro 5:8]

“Tengan dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo anda por ahí como un león rugiente buscando a quién devorar.” (PDT)

Queda bien claro cuáles son las dos actitudes que nos vuelven presa fácil del enemigo: la falta de dominio propio y el estar distraídos o desenfocados. 

Otra versión dice “Sed sobrios y velad”. La embriaguez se caracteriza por efectos bien marcados como: euforia o inhibición, desequilibrio y descoordinación, y la peor de todas… merma la capacidad de tomar de decisiones

La falta de dominio propio refleja nuestra baja capacidad de tomar decisiones que nos convengan, y no nos destruyan. Por otro lado, los que se mantienen alerta son capaces de ver o detectar al enemigo de lejos, los desenfocados ven al león cuando lo tienen en las narices y, obviamente, les resulta imposible defenderse. Porque no lo vieron venir, no estaban alerta. 

Si nos avisaran que a los alrededores de nuestro campamento anda un león con hambre, que hace tiempo no pueden cazar, me pregunto, esa noche ¿dormiríamos profundo y confiados? Yo creo que ¡No! Nuestro instinto de preservación nos mantendría velando, atentos y alerta.

El Espíritu Santo es quien nos preserva impartiendo en nosotros su amor, su poder y su dominio propio. Nada nos puede devorar si caminamos junto a su persona. No existe pecado que nos pueda dominar si ÉL es nuestro ayudador. Batalla que nos pueda vencer si ÉL esta a nuestro favor. Tristeza que nos gobierne si es nuestro consolador.

No hay manera que no seas alertado del enemigo si Él es tu amigo.

Hoy es un buen día para declarar que ¡No seremos devorados, Él nos preservará!

 

Ivana Sanhueza

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