A nadie le gusta sufrir, ¿verdad?

A aquellos que disfrutan del sufrimiento o del dolor los llamamos masoquistas.

En la vida, más de una vez nos toca sufrir. Padecemos dolores físicos y en el alma. Sufrimos emocionalmente por la pérdida de un ser querido, pérdidas económicas y también desilusiones amorosas...

Jesús fue claro y dijo que tendremos aflicciones. Nunca dijo que las aflicciones nos ganarían. Tampoco dijo que nos iban a dominar. Pero sí afirmó que en este mundo las tendremos.

Sus palabras, como siempre, están cargadas de esperanza. Fortalecen nuestro espíritu diciendo que confiemos en que Él ya ha vencido.

Las aflicciones hay que sufrirlas, son nuestras luchas. Pero fuerzas sobrenaturales vienen sobre nosotros cuando confiamos en Su victoria.

Él nos promete una vida triunfante sobre las luchas. Él nos garantiza una eternidad victoriosa y sin luchas junto a Él.

Bendigamos a Dios, aún en las luchas, porque gracias a las batallas disfrutamos las victorias. Bendigamos las victorias, porque en ellas disfrutamos de plenitud de gozo. Aunque el mundo nos plantee tiempos de aflicción, confiemos, Jesús ya lo venció.

 

Pr. Carlos Ibarra

 

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