Cada uno de aquellos héroes de la fe que figuran en el capítulo 11 tuvieron que enfrentar situaciones o momentos que los superaban. Se vieron obligados a confiar en Dios de una manera extraordinaria. Y dejar que Dios los guíe a superarse.  Superaron sus emociones.  Superaron las incertidumbres de no tener claridad sobre el asunto que enfrentaban.  Superaron los límites mentales y de malos consejos para llegar al cumplimiento del propósito que Dios tenía con ello.

En este pasaje comienza una exhortación para nosotros.  La exhortación es que nos despojemos de toda molestia, que corramos con paciencia y que no dejemos de mirar y considerar a Jesús.

Para ser verdaderos hombre y mujeres de fe debemos pasar por momentos en los que la confianza en Jesucristo sea la única herramienta que nos queda.  Momentos cuando nuestras emociones no son estables, cuando lo físico se ve amenazado, cuando nos falta lo que consideramos esencial.  Momentos donde las situaciones parecen no cambiar más, donde lo que deseamos parece no llegar nunca.  Momentos como los que hoy nos tocan vivir, donde muchas cosas cambiaron y no sabemos cuándo van a terminar, tampoco sabemos si van a volver a ser como antes.  En este tiempo de incertidumbre es donde la fe en Jesucristo nos tiene que funcionar.

Más que nunca debemos abrazar el desafío de la exhortación de este pasaje.  Que por la fe en Jesucristo nos despojemos de todo peso y del pecado para no padecer las consecuencias de su asedio.  Que por la fe en Jesucristo corramos y nunca dejemos de correr esta carrera de la vida.  Que nunca descuidemos el seguir avanzando, creciendo y aprovechando todo esto para ser mejores, para que cuando esto pase hayamos madurado en la fe. Que por la fe en Jesucristo nunca dejemos de mirarlo a Él y de considerar Sus padecimientos para que nuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

 

Sigamos adelante!!  Él fortalece nuestra fe!!

Esto pasará!!

Buena semana!!

Ptr. Carlos Nelson Ibarra

 

 

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