PASAR VERGÜENZA [Juan 8:1-11]

Observar los momentos en que Jesús actuaba en la tierra nos impacta.  Siempre desafió la élite que ostentaba el poder de la sabiduría religiosa.  Su entrega hasta la muerte, muestra su eterno Amor por la humanidad. 

Mis compañeros de trabajo estaban sorprendidos!!  …una mujer de nuestra iglesia había predicado sobre la mujer adúltera (Juan 8:1-11).   Explicó en su bosquejo bíblico, acerca de la vergüenza que ésta mujer pasó cuando fue sorprendida en el acto mismo de engañar a su marido!!...  a los que la acusaban, sólo les importó cumplir reglas rituales.  Ninguno pensó en la consulta que el Maestro haría… ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?...   

Sin justificar su pecado, Jesús, más bien pensaba en el mal momento que a la mujer le tocó vivir.  El nunca justifica el pecado, pero comprende la vergüenza que trae a la vida y al espíritu la falta cometida.

Cómo nos sorprende que algunas personas inmorales, que comenten actos vergonzosos, se acerquen a Jesús!!   Realmente desafían la forma de pensar y el orden instituido por los fariseos de este siglo, los cuales son hipócritas que sólo quieren la condenación del “culpable”.  Poco les importa la vergüenza que la persona enfrenta por su pecado.

Los adictos, los borrachos, los inmorales, los corruptos cobradores de impuestos y las prostitutas también entrarán en el reino de Dios”.  Sólo deben acercarse a Jesús con su vergüenza (arrepentimiento) y dejar que Él los perdone y los sane.  Deben hacer la voluntad de nuestro Padre.

Es importante sacar de nosotros los prejuicios condenatorios que nos impiden acercarnos a los necesitados.  Debemos ser misericordioso y escuchar al Espíritu Santo para estar dispuestos a abrir nuestro corazón y comunicarles que Jesús los ama.  Los que fuimos redimidos, los que experimentamos su perdón, somos el canal de Dios para que todos lleguen a ser ciudadanos del cielo.  Él quiere sanarlos de la enfermedad del pecado, sin importar cuan vergonzoso sean los actos cometidos.

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