Mateo 4:10: “Escrito está, al Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás.”
Una respuesta de Jesús absoluta y determinante que desarmó de un plumazo las tentaciones y propuestas del enemigo. “Al Señor tu Dios adorarás” hubiera sido suficiente, pero no, Jesús coronó esta respuesta con algo que evita en nosotros distracciones y grandes desenfoques, el servicio, y como si eso fuera poco nos aclara, “solo a él”.
Amarlo nos transforma en adoradores y en solícitos servidores de su reino y de su causa. Servimos a Dios cuando Él encabeza la lista de nuestros sueños y metas. Servimos a Dios cuando lo elegimos a Él por encima de las grandes tentaciones y propuestas de este mundo. Servimos a Dios cuando reconocemos que Él es el primero y el último en nuestras vidas.Que hoy nada nos desenfoque, tenemos un propósito en Dios. Nacimos para amar, adorar y servir a Dios ¡Escrito está!
Ivana Sanhueza.