Cuidado que todo nos es permitido [1 Corintios 6:12 – 10:23]

Los seres humanos somos personas curiosas. Nos gusta investigar qué sucede si hacemos esto o aquello. Queremos conocer que hay más allá de nuestros límites. Queremos saber qué hay en lo más profundo de la tierra, de los mares, del universo. Algunos se ponen a investigar temas espirituales y caen en la mentira de las “ciencias ocultas”. Sentimos que tenemos el permiso para hacer lo que se nos ocurra con nuestras vidas, con las vidas de otros y con la naturaleza en general.

Dios nos puso como administradores de la creación, la orden a Adán fue “fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread…”. Nos dio libre albedrío y nos dotó de inteligencia y curiosidad para llevar adelante esa tarea administrativa.

El pecado nos contaminó y luego del diluvio, Dios le dijo a Noé “fructificad y multiplicaos, llenad la tierra…” ya no estaba la orden de sojuzgadla y señoread. Nuestro estado rebelde nos lleva a que hagamos las cosas según nuestro criterio, sin respetar los designios divinos. Sin tenerlo en cuenta.

Pablo escribe y enseña que en realidad todo nos es permitido. Él nos da la libertad de decidir. Pero no todo lo que decidamos hacer nos conviene. Que no todo nos edifica porque puede dominarnos o esclavizarnos.

Muchas veces nos encontramos dándonos permisos de hacer cosas que no convienen. Nos sentimos con permiso de mirar algo que, al comienzo, parece inofensivo. O permitimos a nuestro corazón y emociones volcarse hacia algo o alguien sin medir la destrucción que puede acarrear. Nos permitimos ciertos gustos carnales que terminan esclavizándonos amargamente.

Antes de decidir o darnos algunos permisos, sería muy bueno que nos preguntemos: ¿Esto que pienso hacer me conviene? ¿Esto que me estoy permitiendo hacer traerá edificación a mi vida y entorno? ¿Esto qué voy a hacer puede llegar a esclavizarme?

Según la respuesta que encuentres para estas preguntas, será apropiado o inapropiado seguir adelante con tus pensamientos.

Según la respuesta; lo que hagas puede edificarte o destruirte. Puede darte libertad o esclavizarte amargamente.

Todo nos es permitido, pero no todo nos conviene. Todo nos es permitido,  pero no todo nos edifica. Todo nos es permitido, pero no nos dejemos dominar por nada.

Bendiciones y buena semana.

Siendo edificado, haciendo lo que conviene y disfrutando la libertad.

 

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