Guárdalo, ante todo [Proverbios 4:23]

Dedicamos nuestra atención y cuidado a aquello que valoramos.  Las cosas que consideramos valiosas son las que se apoderan de nuestro tiempo.

La Biblia nos insta a que guardemos nuestro corazón.  Que ante todo y que por sobre cualquier otra cosa cuidemos, atendamos e invirtamos tiempo en guardar nuestro corazón.  No se está refiriendo al músculo cardíaco.  Se está refiriendo al centro de nuestros pensamientos y emociones.

La orden divina es que cuidemos lo que pensamos y el lugar que le damos a nuestras emociones.  Guardemos nuestros pensamientos para que estén alineados con los de Dios.  Guardemos nuestras emociones para que no ganen más lugar del que Dios les ha dado.

Cuando un pensamiento o emoción es sobrealimentado por no guardar (cuidar) nuestro corazón solemos sufrir malas consecuencias porque la vida que emana está contaminada por las toxinas de esa forma de pensar o sentir equivocadas.

El corazón, en este pasaje, es el centro desde el cual vemos y enfrentamos la vida.  Nuestra forma de pensar determina nuestra forma de actuar.  Nuestra forma de sentir determina nuestro estado emocional para enfrentar la situación.  Ambas cosas hacen que emane vida o muerte desde nuestro ser.  Vida si estamos alineados con los pensamientos y emociones de fe en Dios. Y muerte si perseveramos en pensamiento y emociones maliciosas.

Sobre todas las cosas guarda tu corazón, porque de él mana la vida.

Sobre todas las cosas cuida tu forma de pensar y tus emociones porque de ellas brota tu estilo de vida.

 

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