Con Dios hasta la vejez [Salmo 92]

El salmista mira su presente y se siente muy gozoso y alegre alabando al Señor.  Sabe qué hay fortaleza en reconocer a Dios en cada momento del día.  A la mañana o a la noche, siempre hay una razón para adorarlo.

Observa su debilitada realidad por el asedio de los enemigos.  Pero inmediatamente reconoce la grandeza de las obras del Señor y lo profundo de Sus pensamientos.  Reafirma su confianza en el Dios que le provee de poderosas fuerzas y de un refrescante perfume.  Desde ese estado contempla el final nefasto de los malos y al Señor gobernando eternamente.

Se proyecta a su futuro y sabe que será floreciente, de mucho vigor y lleno de frutos, porque estará plantado al lado de su Dios.  Declarará hasta sus últimos días lo recto y justo que es el Señor.

Alabar a Dios por sus grandezas, siempre traerá gozo a nuestro ser.  En cualquier momento del día encontremos una razón para alabarle, aún en medio de las dificultades. En medio de la prueba Dios aumentará nuestras fuerzas como las del búfalo y nos llevará a un tiempo de unción y frescura.  Desde allí veremos el final de la maldad y celebraremos la grandeza y eternidad de nuestro Señor.

Determinémonos estar plantados a Su lado, y veremos con esperanza, vigor y frutos nuestro futuro.  ¡Aún siendo viejos podremos anunciar sus atributos!

¡Alaba con gozo al Señor!

¡Deja que El aumente tus fuerzas!

¡Mira con esperanza tu futuro!

 

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