El propósito de Dios y mi vocación

 Romanos 9.20 “… ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: Porque me has hecho así?

   

Pocas cosas son tan satisfactorias como ver a una persona haciendo lo que realmente le gusta. Espera con ansias que llegue el momento de realizar aquello para lo cual entiende que fue creada, como una herramienta a la que se le da el uso específico para el cual fue diseñada y no pasa sus días queriendo ser “martillo” cuando todos ven que es una reluciente y versátil “pinza”. Es triste ver a algunos luchando con una decisión errónea que cargan sobre sus espaldas, a veces por años. ¡Son como un pez fuera del agua haciendo lo imposible por respirar!.   

El diseño de Dios para nuestras vidas no es una pieza arqueológica a la cual tenemos acceso luego de una ardua y extensa excavación. Él no juega a las escondidas. Aunque pareciera que cuanto más nos disponemos a buscar este diseño o propósito más confuso se volviera todo. Y creo que es porque nuestro enfoque es el equivocado. Dios está más interesado en lo que somos que en lo que hacemos. “Curiosamente” solemos tener nuestros intereses invertidos. Por eso lo más importante no es que busques el propósito de Dios sino al “Dios del propósito”. Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas y separados de Él nada podemos hacer.   

Claudio Cabrera.  

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