El propósito de Dios y mi cuerpo

1 Corintios 6:19-20 “¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños;  fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios”.

 

Cuando escuchamos enseñanzas respecto de este pasaje casi siempre apuntan a lo que no debemos hacer con nuestro cuerpo porque lo lastimamos y no honramos a Dios con ello: “No está bien fumar”, “no está bien consumir sustancias tóxicas”, “no está bien mantener relaciones sexuales fuera del marco del matrimonio”, etc. Creemos y estamos de acuerdo en que esto lastima el cuerpo, las emociones y nuestro Espíritu.   

Pero también quisiéramos detenernos en lo que si podemos hacer y practicar para cuidar el lugar donde habita el Espíritu de Dios. Cuidando y atendiendo nuestra salud con buenos hábitos de descanso, alimentación y actividad física honramos también a Dios. El creo nuestro cuerpo para que lo disfrutemos, para que lo cuidemos y para que lo utilicemos en la concreción del propósito en nuestra vida. Seamos sabios e inteligentes en la administración de nuestra salud. ¡Tenemos un propósito! ¡Que nuestro cuerpo nos acompañe!  

Virginia Copani.  

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