Hasta hacer todo lo dicho [Génesis 28:15]

Una de las cosas que más admiro del Señor es su tenacidad y determinación a la hora de hacer algo en nuestras vidas.

Siempre se sale con la suya, no conoce de derrotas, nunca pierde el control de la vida de aquellos con los que tienen un propósito, nunca deja la obra a medio terminar, nunca descuida a los suyos.

Esta promesa dada a Jacob no está basada en su conducta, sino en las Palabras que empeñó antes de que nazca.  No tiene que ver con lo bueno o malo que fue en su juventud.  No era por su comportamiento usurpador o manipulativo.  Sólo fue porque Dios tenía planes con él. Dios dijo que iba a ser de él un pueblo grande y fuerte, y que su hermano mayor le serviría.

El Señor tomó a Jacob y lo hizo el padre de una nación que confiaría en Él.

Dios te tomó y no piensa dejarte hasta que haga con vos lo que se propuso.  Él te quiere como padre de aquellos que seguirán creyéndole a Él por tu ejemplo de fe.

Dios nunca pierde el control de nuestra vida, nunca nos deja solos, nunca nos abandona, nunca deja de acompañarnos en las idas y venidas. El Señor nunca se dará por vencido en el trabajo tenaz y determinado que está haciendo.  

Caminemos en confianza y seguridad de saber que el Señor está con nosotros, nos guardará por el camino que andemos y no nos dejará hasta que cumpla todo lo que dijo que haría.

 

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