Alma convertida [Salmos 19:7 (a)]

"La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma"

Septiembre es el mes de la Biblia. Los siguientes cuatro devocionales los voy a escribir en conmemoración de ella.

Los versos 7 y 8 de este Salmo nos expresan cuatro cosas que la Ley de Dios es y cuatro efectos que ella produce en nosotros. El salmista comienza contándonos de la revelación gloriosa del Señor en toda la creación. Luego se concentra en la revelación que Él transmite a través de Su Ley. En primer lugar declara que Su Ley es perfecta y que convierte nuestra alma.

La perfección nos habla de algo sin defecto. De algo que no tiene fallas ni errores. Tiene que ver con aquello que muestra el carácter perfecto de quien la promulgó. En lo humano existe un refrán que expresa la falibilidad de las leyes promulgadas por hombres: "hecha la ley, hecha la trampa". Ante cualquier ley promulgada ya estamos buscando y encontrando la forma de sortear esa ley. Básicamente nuestra alma convierte a la ley. Hace que la ley cambie para nuestro provecho.

En cuanto a la ley de Dios esa expresión, obviamente, no se aplica. Su ley es perfecta. No se puede "trampear" al Señor. Nuestra alma por más que lo intente no podrá cambiarla para sacar beneficios egoístas de ella. 

La perfección de Su ley convierte el alma. La inerrancia de ella cambia nuestro interior. Nos hace nuevos desde adentro hacia afuera. Nos transforma.

Convertirse, es ese cambio interior que produce una marcada metamorfosis en nuestro interior. Es cambiar nuestra forma de pensar, para pensar al estilo divino. Es cambiar nuestro nuestros gestos y expresiones para alinearlos con los de nuestro Señor. Es cambiar nuestra conducta egoísta y vanidosa para hacer lo que Él quiere que hagamos.

A la ley de Dios nunca la podemos convertir para "trampear" en beneficio personal. Ante la perfección de Su ley sólo nos queda convertirnos a ella y a sus principios para obtener los beneficios prometidos por el que la promulgó.

Oro para Su perfecta ley siga convirtiéndote en aquella persona que Él quiere que seas.

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